Todas las curiosidades sobre el Acueducto de Segovia: ¡Que no te las cuenten!

 

El acueducto de Segovia es el principal monumento de la ciudad castellana y uno de las construcciones más emblemáticas de España. Fue construido en el siglo II de nuestra era, entre los reinados de los emperadores romanos Trajano y Adriano. Su parte más famosa, por ser la más visible y la que tiene una mayor altura, es la que se ubica en la Plaza del Azoguejo, en plena ciudad. Esta plaza fue en tiempos la plaza del mercado, y sus construcciones aportaladas y de escasa altura hacen que el ya de por sí espectacular acueducto romano de Segovia resalte aún más.

Historia del acueducto de Segovia

Segovia está situada a orillas del río Eresma, en el escalón somontano de la sierra de Guadarrama, y ya desde tiempos antiguos tuvo una gran importancia estratégica. Habitada en tiempos prerromanos por íberos y celtas, fue sobre un antiguo poblado de estos últimos sobre los que se asentaron los colonizadores de Roma.

La construcción del acueducto fue una grandiosa obra de ingeniería civil, algo en lo que los romanos nunca han sido superados, cuya función era llevar agua a la ciudad desde una presa situada en el río Acebeda, a más de 15 kilómetros de distancia, salvando diferentes obstáculos, como el vado del río Clamores.

Tras su construcción en tiempos del Imperio romano, el acueducto de Segovia ha sido objeto de importantes restauraciones, siendo las más importantes la de Pedro Mesa, en el siglo XV, y la de Francisco Jurado a finales del siglo XX.

Leyenda del acueducto de Segovia

Recientemente, ha habido una fuerte polémica en Segovia por la colocación de la estatua de un diablillo, obra de Juan Antonio Abella, en la calle de San Juan, frente al acueducto. Pero es que, según la leyenda, fue el mismo diablo quien lo construyó en una sola noche, de ahí este homenaje al ángel caído. Te contamos la leyenda.

Hace mucho tiempo, en la ciudad de Segovia, vivía una chica cuyo oficio era el de aguadora. Agotada por el trabajo de cargar con cántaros y más cántaros, calle arriba y calle abajo, por las calles empinadas de la ciudad, no se le ocurrió mejor idea que ofrecer su alma al mismísimo Satanás con la condición de que construyera un acueducto que la librara de tarea tan penosa. El diablo, siempre dispuesto a este tipo de tratos, apareciose al instante y le prometió que lo haría en una sola noche, y que si lo conseguía antes de que cantara el gallo, el alma de la chiquilla sería suya.

La segoviana, con la sensación de haberla liado parda, se pasó la noche rezando para no quemarse eternamente en los infiernos. Y parece que sus oraciones surtieron efecto. Cuando al diablo sólo le quedaba una piedra por colocar, el salvador canto del gallo resonó en toda la ciudad, por lo que la moza conservó su alma y Satán se fue con el rabo entre las piernas.

Cuántos arcos tiene el acueducto de Segovia y más curiosidades

Cuando llegas a Segovia y te quedas parado en la plaza del Azoguejo contemplando el impresionante acueducto de Segovia, lo que más llama la atención es su gran cantidad de arcos, y no pocos se preguntan cuántos tiene el monumento. No es necesario que los cuentes en tu próxima visita, ya te lo decimos nosotros: 167 arcos.

La parte más alta del acueducto es de exactamente 28,29 metros, que alcanza en la misma plaza del Azoguejo y, como última curiosidad, sus sillares están construidos en piedra de granito de Guadarrama, y no se encuentran unidos por ningún tipo de argamasa.