Teruel, situada al sur de Aragón, nos suena por los famosos amantes (tonta ella, tonto él, ya sabéis) y por el genial centro paleontológico de Dinópolis. ¿Pero qué más puedes hacer en una visita a esa ciudad? Pues además de recorrer y conocer mucha de la riqueza patrimonial de la ciudad en sí, existen muchísimos pueblos con encanto muy cerca de allí. Te mostramos los 7 pueblos más bonitos de Teruel.
Albarracín
Seguro que te suena al menos el nombre. Albarracín es uno de esos pueblos bonitos cerca de Teruel que no dejan indiferentes. Con una población de poco más de 1000 habitantes, es uno de esos enclaves que terminará siendo declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco debido a la belleza de su casco histórico.
Pasear por el casco antiguo bastará para que te lleves una impresión maravillosa del pueblo, donde te encontrarás con la Catedral del Salvador y la Torre Blanca, entre otras bellezas arquitectónicas. ¡No olvides pasar por el museo del juguete tanto si vas con niños como si no!
Albarracín está a tan solo 35 kilómetros de Teruel y se puede llegar incluso en transporte público.
Calaceite
Dentro del top de los pueblos más bonitos de Teruel encontrarás Calaceite. Este pueblecito se encuentra entre Caseres y Mazaleón y presenta una arquitectura muy particular, por estar influenciado por distintas regiones y formas de construir desde el pasado hasta hoy.
En Calaceite no te puedes perder la Iglesia Parroquial de la Asunción, la Casa Taller Teresa Jassá (el espacio de trabajo de la famosa ceramista que hoy se puede visitar). Además, numerosas rutas senderistas parten y tienen destino dentro del territorio de Calaceite.
Calaceite está a 183 kilómetros de Teruel. Desde allí se tardan aproximadamente 2 horas y cuarto en coche.
Cantavieja
El encanto de Cantavieja se encuentra en su entorno. Situada a más de 1200 metros de altura, te sentirás dentro de un pueblo absolutamente medieval. En este vergel natural se erige la famosa Iglesia de la Asunción y disfruta del vuelo de los buitres leonados que coronan el cielo de Cantavieja.
A Cantavieja se llega por la carretera A-226 o bien desde la A-227. Está a algo menos de 100 kilómetros de Teruel.
Valderrobres
En plena comarca de Matarraña, este es otro de esos lugares en los que te sientes un caballero o una dama medieval. Caminar por su casco antiguo es viajar en el tiempo. Desde su Castillo hasta la iglesia gótica de Santa María la Mayor, todo es llamativo a nuestros ojos.
Tampoco hay que dejar de lado la gastronomía de la zona, que se puede probar en cualquiera de las fondas que pueblan el municipio.
Valderrobres está a unos 180 kilómetros de Teruel, por lo que llegarás allí en torno a 2 horas y cuarto después de tu salida.
Rubielos Mora
Casas solariegas, palacios, casas de nobles… Todo recuerda al lujo de la zona en tiempos pretéritos. Y no olvides la comida: el restaurante Masía La Torre presenta una carta absolutamente impecable en la que encontrarás todos los sabores de la zona a través de menús de degustación.
A Rubielos de Mora se puede acceder por la autovía A-23 en la salida 73. Allí, seguir las indicaciones. Está a tan solo 64 kilómetros de Teruel.
Jabaloyas
En la sierra de Albarracín tendremos otro de los pueblos con más encanto de Teruel, Jabaloyas. Edificaciones del siglo XV conviven en un entorno natural de ensueño que han elevado al conjunto como monumento histórico-artístico desde 2012.
La casa de la Sirena y la de los diezmos así como el Ayuntamiento son los edificios más destacados de esta población a la que se llega en un rato, pues solo está a 44 kilómetros de Teruel.
Linares de Mora
Algo más grande y con más vida es Linares de Mora, otro de los enclaves con encanto de Teruel, aunque quizá algo más desconocido. Visita su iglesia, con una torre del campanario construida de modo exento, o la ermita de Santa Ana.
Además, no dudes en comer en el Bar Fina: cocina de toda la vida con unas tapas excelentes y brutalmente gigantes. No te defraudará.