Así es el Balneario Széchenyi de Budapest

El Balneario Széchenyi de Budapest es uno de los baños termales más importantes de la ciudad y uno de los más fascinantes del mundo. Llama la atención su arquitectura, antigua y majestuosa, bien combinada con el llamativo color amarillo de la fachada de los edificios que rodean las piscinas exteriores. De estilo neobarroco, el lugar está situado en el parque Városliget, cerca de Hosok Tere, la famosa Plaza de los Héroes. El Balneario Széchenyi de Budapest fue construido hace más de 100 años, entre 1909 y 1913, e inaugurado ese último año. Por aquel entonces, los baños eran privados y existían baños de vapor que separaban a los hombres de las mujeres, así como una zona de baños públicos.

Descubre el Balneario Széchenyi de Budapest

El centro lleva el nombre del conde húngaro István Széchenyi, escritor, teórico y político, considerado uno de los más grandes estadistas del país aquincense. La estructura del balneario se remonta a 1881 y fue diseñada por el arquitecto húngaro Gyozo Czigler. En 1927 se realizaron trabajos que ampliaron el edificio, con la adición de varias zonas termales (12 piscinas interiores y una zona de playa), lo que llevó a los baños Széchenyi a convertirse en uno de los más grandes y más apreciados de Europa.

En 1938 se concretó una segunda fuente termal para dar abasto con el propósito de expansión y, en la década de los 60, hubo una segunda ampliación, en esta ocasión, con la creación del edificio termal y la estructura hospitalaria que posee la consulta dedicada a la fisioterapia. Se trata, así, de un majestuoso espacio azulado donde disfrutar de una experiencia única y relajante que no te puedes perder si visitas la ciudad.

Imagen aérea del majestuoso Balneario Széchenyi

Un laberinto pasado por agua

El Balneario Széchenyi cuenta con 15 piscinas termales interiores, tres piscinas termales exteriores, una piscina exterior con jacuzzi, diez saunas y baños turcos, diversas salas de masajes, aquagym, tratamientos anticelulíticos y tratamientos de belleza, entre muchos otros atractivos. Resulta, sin lugar a dudas, una de las atracciones turísticas más populares de la capital húngara. De las piscinas exteriores, la central es olímpica y tiene tres calles, mientras que las laterales tienen chorros, corrientes y agua bien caliente para un relax absoluto, y hasta un jacuzzi. Las pequeñas, las interiores, están distribuidas en un laberinto de salas con diferentes saunas, tanto secas como de vapor, incluidos estanques de agua helada al salir de estas.

Además, si quieres completar la experiencia puedes reservar la entrada al balneario con masaje, que comporta acceso gratuito al Museo Pálinka con degustación: una experiencia inigualable para conocer todas las curiosidades de esta típica bebida local y por qué se llama el espíritu húngaro. 

Aguas terapéuticas

En estos baños termales el agua se dispensa gracias a una fuente artesiana (el segundo pozo más profundo de Budapest) que tiene dos manantiales de agua, donde la temperatura del agua oscila alrededor de los 76º. El agua de los baños posee cualidades terapéuticas demostradas y contiene una gran cantidad de fluoruro, calcio, sulfato y ácido metabórico, que ayudan a tratar muchas enfermedades degenerativas tales como problemas en las articulaciones, artritis crónica y más.

Esta es la entrada principal del Balneario Széchenyi

También existe una fuente de agua mineral potable particularmente indicada para aquellos que sufren de gastritis crónica, reflujo gástrico y problemas del tracto urinario. Por supuesto, no faltan las tinas de hidromasaje para las diferentes actividades de entretenimiento y relajación. 

Abierto en invierno

En el interior del espectacular recinto también se ofrece la posibilidad de hacer uso de diversos servicios de pago, como varios tipos de masajes, el bar y el restaurante. La temperatura de las piscinas al aire libre varían de los 26º a los 28º; las piscinas de verano alcanzan los 30º y 34º, mientras que las termales se aproximan a los 38º.

Las tinas con agua fría tienen unos 20 grados, mientras que las de tratamientos termales rozan los 30 grados. Fue en 1963 cuando los baños termales Széchenyi comenzaron a permanecer abiertos para la temporada de invierno, cosa que le otorgó un gran éxito desde ese mismo momento. 

Hoy en día las termas están abiertas en Navidad, el 31 de diciembre y el día de Año Nuevo. En el año de la apertura durante el invierno, los pasillos, las cabinas y los armarios pequeños fueron dotados con calefacción. Antes de los trabajos de restauración de 1997 existían pasillos climatizados y cerrados que conducían a las piscinas al aire libre en invierno, estos fueron demolidos para restablecer la estética del establecimiento Széchenyi. 

Las afueras del Balneario Széchenyi en pleno invierno

Súmale un buen masaje

El Széchenyi te ofrece la posibilidad se disfrutar de un apetecible masaje de 20, 56 ó 60 minutos entre tres tipos diferentes: el Aroma, un masaje con aromaterapia, suave, con la idea de ofrecer una relajación muscular; el Refresing, un tratamiento inspirado en los masajes suecos, con movimientos rápidos y fuertes para reducir la tensión en los músculos y el dolor corporal, y el Luxury Refreshing, un masaje con las mejores cremas. No obstante, cabe recordar que los masajes solo están disponibles para las personas mayores de 16 años.

Alquiler de material y cabinas

El balneario, que da nombre a una estación de la línea amarilla M1 del metro de Budapest (subterráneo Millenium), permanece abierto todos los días del año de 6:00 a 22:00 horas, aunque el horario de apertura y cierre puede variar. La fuente, en cambio, está abierta desde las 09.00 a las 17.00 y cierra los domingos. El Museo Pálinka, por su parte, está abierto los martes, jueves y domingos de 17:00 a 23:00 horas, y los viernes y sábados de 17:00 a 24:00 horas. En los días de fiestas nacionales y religiosas el establecimiento permanece cerrado.

El precio de la entrada al balneario es de 24 euros y puedes reservarla hasta 18 horas antes si quedan plazas. Tendréis que recogerla en la taquilla del mostrador de bienvenida entre las 9:00 y las 17:00 horas. Se pueden comprar diferentes tipos de entradas para las termas, con la posibilidad de aprovechar los descuentos o recortes.  Por otro lado, existe la cancelación sin gastos hasta 24 horas antes de la actividad, y te recomendamos traer toallas, albornoces y gorro de piscina. De lo contrario, tendréis que pagar por ello un costoso alquiler obligatorio. 

En los vestuarios dispones de cabinas que contratas al pagar la entrada. Te proporcionan una pulsera parecida con un código que debes llevar encima durante todo el tiempo que dura tu estancia en el balneario. Con ella accedes a tu cabina las veces que necesites y en ella, además de cambiarte, puedes guardar ropa, objetos personales, etcétera.

Date un relajante baño a última hora del día en el Balneario Széchenyi

Opción de pulsera VIP

Como es una de las atracciones favoritas de turistas y lugareños por igual, te recomendamos que llegues con un poco de antelación y, dada la gran afluencia de turistas que visitan los baños Széchenyi todos los días, que reserves tu entrada con antelación. Asimismo, existe la opción de reservar una entrada especial que incluye una pulsera, que te permite evitar colas, salir de los baños y volver a entrar, no preocuparte por el horario y, además, con vestuario privado.

Con la compra de la entrada online será posible evitar las colas en taquilla y aseguraremos la visita el día indicado. Al Balneario Széchenyi se puede llegar de varias maneras: con el tranvía 1, bajando en Kacsoh Pongrác út.; con el tranvía 75 o 79, bajando en la parada Hosok Tere, o con el metro M1, bajando en la parada Széchenyi fürdő.