Los 7 pueblos de Tarragona más bonitos

 

No: Tarragona no es solo playas y turismo de veraneo. Además de tener algunas de las mejores costas del territorio español, la provincia tiene un montón de atractivos más, sobre todo para aquellos turistas que no son amantes del bañador y la sombrilla.

Naturaleza, patrimonio rural e historia son algunos de los ingredientes que poseen los pueblos con encanto de Tarragona.

Lo que te proponemos es una guía con los 7 pueblos más bonitos de Tarragona, para que puedas visitarlos uno a uno o llenar a tope el depósito del coche y disfrutar de varios días de ruta entre todos ellos. ¿Comenzamos?

Prades: rojo medieval

Prades es uno de esos pueblos con encanto de Tarragona. El municipio catalán, en plena comarca del Baix Camp, forma parte del Parque Natural de Muntanyes de Prades.

Lo curioso de este pueblo es su color: la piedra arenisca con la que se construyeron los edificios más importantes de su centro urbano posee un color rojizo que tiñe al municipio de una esencia y un colorido particular.

No hay que olvidar la visita a la ermita de la Abellera, que está construida bajo las enormes rocas de una montaña.

Siurana: para los amantes del running

Pequeño enclave rural que es casi un paraíso para los amantes de las rutas y las caminatas en plena naturaleza. El municipio crece en torno al lago del mismo nombre, en la zona baja de la Sierra de Gritella.

Leyendas de princesas y guerreros brotan alrededor de este lugar de cuento que todavía mantiene los restos de una fortaleza sarracena. Aunque la verdadera joya de este pueblo con encanto es la iglesia, de estilo románico y de la que te recomendamos no perder ni un ojo de los capiteles de las seis columnas del templo.

Montblanc: destino de reyes

Montblanc no es solo el nombre de una marca de plumas estilográficas. En la cuenca de Barberà se levanta un pueblecito con el mismo nombre que data del siglo XII, ¿un poquito antes de la empresa de estilográficas, no?

Montblanc era destino de descanso de los reyes de la Corona de Aragón y esto se refleja tanto en la arquitectura como en la distribución del poblado, cuyo castillo y muralla han sido declarados Conjunto Histórico-Artístico.

Santes Creus: tiempo de reposo

Descanso, sosiego y contemplación son las palabras que vienen a la cabeza al pensar en este pueblo rodeado de viñedos.

La visita obligada en Santes Creus es el Monasterio de Santa María, un edificio enorme del siglo XII que actúa como panteón de algunos reyes de Aragón.

Farena: olvida el coche

Para llegar a Farena tendrás que olvidar el coche, pues es imposible llegar a esta población en vehículo alguno. Farena es uno de los pueblos más impresionantes de Tarragona y de España precisamente porque se ha mantenido aislado del paso.

Si quieres sentirte en una villa medieval, este es el pueblo con más encanto de Tarragona en ese sentido. Pensarás que has viajado en el tiempo.

Arnes: una paleta de colores

Situado en la comarca de Tierra Alta, tiene lugares de interés como el Ayuntamiento, que es nada menos que de 1584, y la iglesia de Santa María Magdalena, un edificio barroco del que te será difícil despegar los ojos.

Tortosa: un tesoro del patrimonio histórico

Tortosa destaca por ser una localidad que acumula numerosos edificios y palacios que han sido declarados monumentos nacionales. Su impresionante catedral o el Palau Montagut son dos de esos sitios a los que hay que ir sí o sí en una visita a la población.